Roberto, a veces lo que dice el alma puede estar en lo cierto
Roberto, no te quejes de las voces que sólo quieren darte un consejo
Roberto, el día que no escuches esas voces es que vas a estar muerto
Roberto
Cuarteto de Nos
¡Aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados!
Alejandro Dumas
Quien opte por una postura pacífica disfrutará de una libertad de acción sin límites, con innumerables posibilidades para vivir y actuar según las circunstancias y según sus conocimientos y su saber.
André Protin
Actualmente aún nos esforzamos por saber por qué estamos aquí y de dónde venimos realmente.
Stephen Hawking
Dios no sólo juega a los dados: a veces los tira donde no podemos verlos.
Stephen Hawking
Sólo somos una raza avanzada de primates en un planeta menor de una estrella ordinaria. Pero podemos entender el universo.
Stephen Hawking
A menos que se resulte ser un elegido de los dioses (y pobre de quien cuente con ello), con escribir no se gana uno la vida, y si se quiere tener un techo sobre la cabeza y no morirse de hambre, habrá que resignarse a hacer otra cosa para pagar los recibos.
A salto de mata
Paul Auster
Mis padres apreciaban el dinero, ¿y qué habían sacado con eso? Habían hecho grandes esfuerzos por conseguirlo, le tenían mucha fe y, sin embargo, por cada problema que les había resuelto, otro nuevo había surgido. El capitalismo estadounidense había creado uno de los momentos más prósperos de la historia humana. Había fabricado cantidades innumerables de coches, verduras congeladas y champús milagrosos, pero Eisenhower era presidente y el país entero se había convertido en un gigantesco anuncio televisivo, en una incesante arenga para comprar más, producir más, gastar más, bailar en torno al árbol del dólar hasta caerse muerto de puro frenesí al tratar de mantenerse a la altura de los demás.
A salto de mata
Paul Auster
Por mucho que me hubiera gustado incorporarme al movimiento, descubrí que no tenía temperamento para actividades de grupo. Mis instintos solitarios estaban demasiado arraigados, y nunca logré embarcarme en el gran navío Solidaridad. Para bien o para mal, seguí remando en mi pequeña canoa; un poco más desesperadamente, quizá, un poco menos seguro de adónde me dirigía, pero mucho más resuelto a salir de allí. De todas formas, tampoco habría tenido tiempo. Navegaba en medio de rápidos, y todas mis fuerzas apenas me bastaban para agarrar el remo. De haber vacilado, es muy probable que me hubiera ahogado.
A salto de mata
Paul Auster
A fin de cuentas, el dinero es una ficción, papel sin importancia que solo adquiere valor porque un gran número de personas deciden dárselo. El sistema se basa en la fe. No en la verdad ni en la realidad, sino en la creencia colectiva. ¿Y qué pasaría si esa fe fuese socavada, si un gran número de personas empezara a dudar del sistema? Teóricamente, el sistema se derrumbaría.
A salto de mata
Paul Auster
Los términos de la ecuación seguían siendo los mismos: tiempo por un lado, dinero por el otro. Había apostado por mi capacidad de administrar ambas cosas, pero tras años de esfuerzos por alimentar primero una boca, luego dos y después tres, había acabado perdiendo. No era difícil comprender por qué. Me había empeñado demasiado en conseguir tiempo, y no lo suficiente en ganar dinero, con el resultado de que ahora no tenía ni una cosa ni otra.
A salto de mata
Paul Auster
El que confía en imbéciles, termina comportándose como un imbécil.
A salto de mata
Paul Auster
-Es decir -concluyó, dándose finalmente cuenta de que estaba hablando con un lelo-, que le ha salido una cagada y ahora quiere que alguien le tire de la cadena.
A salto de mata
Paul Auster
No sientas miedo en el desconcierto
un mar en calma nunca hizo un marinero experto
y por cierto, es mejor que tus flaquezas asimiles
Aquiles sólo por su talón es aquiles
Roberto
Cuarteto de Nos
Nunca duermas con quien tenga un puñal tatuado
Nunca hables de la cuerda en la casa del ahorcado
Nunca escupas para arriba ni contra el viento
Nunca te mojes por alguien que siempre esta seco
Roberto
Cuarteto de Nos
No sé cómo se las había arreglado para resolverla, pero la crisis había terminado. Nuestra despensa estaba llena nuevamente y ya no nos levantábamos de la mesa ansiando más, ya no nos quejábamos de nuestras sonoras tripas. Se podría haber pensado que este cambio de situación le habría ganado nuestra imperecedera gratitud, pero la realidad fue que nos acostumbramos rápidamente a darlo por sentado. Al cabo de diez días nos parecía perfectamente normal comer bien, y al final del mes nos resultaba difícil recordar los días en que no había sido así. Eso es lo que ocurre con la necesidad. Mientras te falta algo, lo ansías sin cesar. Si pudiera tener eso, te dices a ti mismo, todos mis problemas se resolverían. Pero una vez que lo consigues, una vez que te ponen en las manos el objeto de tus deseos, empieza a perder su encanto. Otras necesidades se afirman, otros deseos se hacen sentir, y poco a poco descubres que estás de nuevo en el punto de partida.
Mr. Vértigo
Paul Auster
-No voy a disculparme por cosas que no necesitan disculpa. Hice lo que tenía que hacer y me llevó el tiempo que tenía que llevarme. Ahora empieza un nuevo capítulo.
Mr. Vértigo
Paul Auster
Si los años me han enseñado algo, muchacho, es que cualquier cosa puede suceder. Cuando se trata de hombres y mujeres, nunca puedes apostar nada.
Mr. Vértigo
Paul Auster
Un día, mientras me acompañaba a la puerta, anunció: «Renuncio a mi búsqueda del conocimiento. De ahora en adelante, quiero dormir por la mañana hasta tarde y apoltronarme delante de la tele por la noche».
Cómo me quedé calvo
Arnon Grunberg
Papá se levantó de la silla de un salto, como si le hubiera picado un insecto mortífero, y echó a correr tras de mí hacia mi habitación. Después de recibir un par de cachetes más, me encerré en mi cuarto y me eché a llorar apasionadamente. No sabía besar apasionadamente, ni hacer el amor apasionadamente, ni hacer deporte apasionadamente, ni hablar en público apasionadamente, pero sí sabía llorar apasionadamente.
Cómo me quedé calvo
Arnon Grunberg
Cuando el país se va a la mierda, como ahora, los campos están baratos. Pero como nosotros no tenemos un mango, no podemos comprarlos. Y cuando el país levanta, los campos pasan a costar un ojo de la cara... -Y nosotros no podemos comprarlos -completa Silvia, amargamente. -Ajá... -concluye Fontana.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Muchas veces las personas prefieren adjudicar los fracasos y las derrotas a mínimos caprichos del azar. Como si eso disculpara sus distracciones o sus equivocaciones.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Uno tiene su vida. Buena, mala, la que tiene. La viene usando desde que nació. La cuida. Se preocupa por conservarla, por ir poniéndole cosas. Todo lo que a uno le pasa, todo lo que aprende lo introduce en esa vidita que tiene. Uno no piensa en lo frágil que es. O sí, pero a veces. Tampoco uno se puede pasar la vida pensando en lo frágil que es esa vida, porque la angustia sería perpetua. Insoportable.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Hay tipos que parecen tocados por una varita mágica. Siempre caen parados. Siempre se salvan. Cuando todos andan bien, ellos andan mejor. Y cuando todos se hunden, ellos flotan.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Los hijos de puta no saben que son hijos de puta. Mejor dicho: se creen que no. Que son buena gente. O gente común, por lo menos. El hijo de puta tiene siempre cincuenta razones que lo justifican. Cincuenta motivos que lo cubren, que lo escudan, que lo limpian.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
-La pregunta es esta, mi amigo: ¿hay tantos hijos de puta como uno cree, o la influencia de los hijos de puta sobre sus semejantes es mayor que la de la gente buena, y es por eso que uno cree que son más que los que en realidad son?
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Todo es provisional y todo se compra. El hombre es un producto como cualquier otro, con fecha de caducidad. Esta es la razón por la cual he decidido jubilarme a los treinta y tres años. Dicen que es la edad ideal para resucitar.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
Me llamo Octave y llevo ropa de APC. Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
Permitidme recordaros que la publicidad es una técnica de intoxicación cerebral que fue inventada por el americano Albert Davis Lasker en 1899, y que, sobre todo, fue desarrollada con gran eficacia por un tal Joseph Goebbels en los años 1930, con el objetivo de convencer al pueblo alemán de que quemara a todos los judíos. Goebbels fue un consumado redactor-creativo: «DEUTSCHLAND ÜBER ALLES», «EIN VOLK, EIN REICH, EIN FÜHRER», «ARBEIT MACHT FREI»… Recordad siempre esto: con la publicidad no se juega.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
No es la inteligencia lo que indica la valía de un hombre, sino la forma en que éste la emplea.
Días de perros
Gilles Legardinier
-¿Nunca insultas a nadie? -Se puede ser violento sin insultar. A veces, decir con corrección lo que se piensa puede resultar mucho más ofensivo que unas palabras que ya no tienen ningún sentido porque todo el mundo las emplea sin ton ni son.
Días de perros
Gilles Legardinier
Nadie desconfía de las personas de edad avanzada. A pesar de que los canallas también envejecen.
Días de perros
Gilles Legardinier
Por un lado, hay gente que sufre, y, por otro, los que se aprovechan de ellos.
Días de perros
Gilles Legardinier
No te olvides nunca de que un adulto no es más que un niño que ha envejecido.
Días de perros
Gilles Legardinier
-Mi querida Heather, tengo una buena y una mala noticia para usted. La mala es que el miedo nunca la abandonará. -¿Y la buena? -Sin él, nunca se avanza.
Días de perros
Gilles Legardinier
La gente se acaricia, se toca, pero hace falta mucha confianza para que alguien te deje mirarlo directamente a los ojos tanto tiempo como tengas ganas.
Días de perros
Gilles Legardinier
Lección número uno: no intervenir nunca o tratar de racionalizar cuando una mujer está enamorada. Lección número dos: admirar el espectáculo y rezar porque una de ellas, un día, haga lo mismo por uno.
Días de perros
Gilles Legardinier
¿Quién soy yo para rechazar al universo?
Los hermosos vencidos
Leonard Cohen
Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida.
Alta fidelidad
Nick Hornby
Quizás echaba de menos que alguien tomase el autobús, el metro o un taxi, que una chica se desviase de su camino habitual nada más que para estar conmigo, puede que bien arreglada, un poco más maquillada que de costumbre, puede que un poquito nerviosa, por qué no; cuando era más joven, saber con toda certeza que yo era el responsable de todo eso, incluido el trayecto de autobús, hacía que me sintiera especialmente agradecido.
Alta fidelidad
Nick Hornby
Es mi mayor hazaña sexual, mi polvus mirabilis.
Alta fidelidad
Nick Hornby
Cuellos blancos conservadores relampaguean en la calle y me apuntan con sus dedos de plástico. Están esperando que los tipos como yo se hundan y mueran, pero mi abortada bandera va a flamear muy alto. Moriré cuando se me dé la gana, así que déjenme vivir la vida como se me antoja.
¿Qué te comics-te?
La Tabaré
si hubieras sido una paja o un derrame en el colchón este puto mundo estaría algo mejor
no culpamos a los padres como iban a saber que este curioso elemento no debió nacer
Desde el cariño
Gatillazo
perfectos mortales
mirada asustada
tropiezan y caen
los dioses engañan
lo siento muchacho
no existen los dioses
era solo un pacto
firmado por hombres
Los dioses engañan
Loquillo y los Trogloditas
Los tigres están tristes
en medio del trigal
no son vegetarianos
y quieren merendar
Lobos antisistema
una explosión social
Luchan contra el Estado
en estado animal
Nos sabe un poco violento
no os lo tomeis a mal
Sólo venimos aquí a divertirnos
Sólo venimos aquí a divertirnos
Gatillazo
Una bota en el cuello
asfixia policial
estafa financiera
miseria popular
una justicia infame
presa del capital
Maestro, una pregunta:
¿es lícito matar?
Imagínate muerto
Imagínate en paz
Sólo venimos aquí a divertirnos
Gatillazo
Querés hablarme de verdad
pero tu alma me miente
Boca de pez
Las Pelotas
Solo tenemos libertad
de soportar esta violencia
matan la vida y por demás…, la inteligencia
La última patada
Gatillazo
Disculpe señor, tiene usted razón
pero aquí, no vale su dinero
si antes sentía un poco de emoción
aquí secamos sus nervios
El secadero
El Siempreterno
Cuando se lee poco se dispara mucho
Métete conmigo
Las Manos de Filippi
Disparo con palabras, disparo con palabras
Métete conmigo
Las Manos de Filippi
El rock'n'roll ha muerto
¡Viva el rocanrol!
¿Qué te comics-te?
La Tabaré
Roberto, no te quejes de las voces que sólo quieren darte un consejo
Roberto, el día que no escuches esas voces es que vas a estar muerto
Roberto
Cuarteto de Nos
¡Aquel tiempo feliz en que éramos tan desgraciados!
Alejandro Dumas
Quien opte por una postura pacífica disfrutará de una libertad de acción sin límites, con innumerables posibilidades para vivir y actuar según las circunstancias y según sus conocimientos y su saber.
André Protin
Actualmente aún nos esforzamos por saber por qué estamos aquí y de dónde venimos realmente.
Stephen Hawking
Dios no sólo juega a los dados: a veces los tira donde no podemos verlos.
Stephen Hawking
Sólo somos una raza avanzada de primates en un planeta menor de una estrella ordinaria. Pero podemos entender el universo.
Stephen Hawking
A menos que se resulte ser un elegido de los dioses (y pobre de quien cuente con ello), con escribir no se gana uno la vida, y si se quiere tener un techo sobre la cabeza y no morirse de hambre, habrá que resignarse a hacer otra cosa para pagar los recibos.
A salto de mata
Paul Auster
Mis padres apreciaban el dinero, ¿y qué habían sacado con eso? Habían hecho grandes esfuerzos por conseguirlo, le tenían mucha fe y, sin embargo, por cada problema que les había resuelto, otro nuevo había surgido. El capitalismo estadounidense había creado uno de los momentos más prósperos de la historia humana. Había fabricado cantidades innumerables de coches, verduras congeladas y champús milagrosos, pero Eisenhower era presidente y el país entero se había convertido en un gigantesco anuncio televisivo, en una incesante arenga para comprar más, producir más, gastar más, bailar en torno al árbol del dólar hasta caerse muerto de puro frenesí al tratar de mantenerse a la altura de los demás.
A salto de mata
Paul Auster
Por mucho que me hubiera gustado incorporarme al movimiento, descubrí que no tenía temperamento para actividades de grupo. Mis instintos solitarios estaban demasiado arraigados, y nunca logré embarcarme en el gran navío Solidaridad. Para bien o para mal, seguí remando en mi pequeña canoa; un poco más desesperadamente, quizá, un poco menos seguro de adónde me dirigía, pero mucho más resuelto a salir de allí. De todas formas, tampoco habría tenido tiempo. Navegaba en medio de rápidos, y todas mis fuerzas apenas me bastaban para agarrar el remo. De haber vacilado, es muy probable que me hubiera ahogado.
A salto de mata
Paul Auster
A fin de cuentas, el dinero es una ficción, papel sin importancia que solo adquiere valor porque un gran número de personas deciden dárselo. El sistema se basa en la fe. No en la verdad ni en la realidad, sino en la creencia colectiva. ¿Y qué pasaría si esa fe fuese socavada, si un gran número de personas empezara a dudar del sistema? Teóricamente, el sistema se derrumbaría.
A salto de mata
Paul Auster
Los términos de la ecuación seguían siendo los mismos: tiempo por un lado, dinero por el otro. Había apostado por mi capacidad de administrar ambas cosas, pero tras años de esfuerzos por alimentar primero una boca, luego dos y después tres, había acabado perdiendo. No era difícil comprender por qué. Me había empeñado demasiado en conseguir tiempo, y no lo suficiente en ganar dinero, con el resultado de que ahora no tenía ni una cosa ni otra.
A salto de mata
Paul Auster
El que confía en imbéciles, termina comportándose como un imbécil.
A salto de mata
Paul Auster
-Es decir -concluyó, dándose finalmente cuenta de que estaba hablando con un lelo-, que le ha salido una cagada y ahora quiere que alguien le tire de la cadena.
A salto de mata
Paul Auster
No sientas miedo en el desconcierto
un mar en calma nunca hizo un marinero experto
y por cierto, es mejor que tus flaquezas asimiles
Aquiles sólo por su talón es aquiles
Roberto
Cuarteto de Nos
Nunca duermas con quien tenga un puñal tatuado
Nunca hables de la cuerda en la casa del ahorcado
Nunca escupas para arriba ni contra el viento
Nunca te mojes por alguien que siempre esta seco
Roberto
Cuarteto de Nos
No sé cómo se las había arreglado para resolverla, pero la crisis había terminado. Nuestra despensa estaba llena nuevamente y ya no nos levantábamos de la mesa ansiando más, ya no nos quejábamos de nuestras sonoras tripas. Se podría haber pensado que este cambio de situación le habría ganado nuestra imperecedera gratitud, pero la realidad fue que nos acostumbramos rápidamente a darlo por sentado. Al cabo de diez días nos parecía perfectamente normal comer bien, y al final del mes nos resultaba difícil recordar los días en que no había sido así. Eso es lo que ocurre con la necesidad. Mientras te falta algo, lo ansías sin cesar. Si pudiera tener eso, te dices a ti mismo, todos mis problemas se resolverían. Pero una vez que lo consigues, una vez que te ponen en las manos el objeto de tus deseos, empieza a perder su encanto. Otras necesidades se afirman, otros deseos se hacen sentir, y poco a poco descubres que estás de nuevo en el punto de partida.
Mr. Vértigo
Paul Auster
-No voy a disculparme por cosas que no necesitan disculpa. Hice lo que tenía que hacer y me llevó el tiempo que tenía que llevarme. Ahora empieza un nuevo capítulo.
Mr. Vértigo
Paul Auster
Si los años me han enseñado algo, muchacho, es que cualquier cosa puede suceder. Cuando se trata de hombres y mujeres, nunca puedes apostar nada.
Mr. Vértigo
Paul Auster
Un día, mientras me acompañaba a la puerta, anunció: «Renuncio a mi búsqueda del conocimiento. De ahora en adelante, quiero dormir por la mañana hasta tarde y apoltronarme delante de la tele por la noche».
Cómo me quedé calvo
Arnon Grunberg
Papá se levantó de la silla de un salto, como si le hubiera picado un insecto mortífero, y echó a correr tras de mí hacia mi habitación. Después de recibir un par de cachetes más, me encerré en mi cuarto y me eché a llorar apasionadamente. No sabía besar apasionadamente, ni hacer el amor apasionadamente, ni hacer deporte apasionadamente, ni hablar en público apasionadamente, pero sí sabía llorar apasionadamente.
Cómo me quedé calvo
Arnon Grunberg
Cuando el país se va a la mierda, como ahora, los campos están baratos. Pero como nosotros no tenemos un mango, no podemos comprarlos. Y cuando el país levanta, los campos pasan a costar un ojo de la cara... -Y nosotros no podemos comprarlos -completa Silvia, amargamente. -Ajá... -concluye Fontana.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Muchas veces las personas prefieren adjudicar los fracasos y las derrotas a mínimos caprichos del azar. Como si eso disculpara sus distracciones o sus equivocaciones.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Uno tiene su vida. Buena, mala, la que tiene. La viene usando desde que nació. La cuida. Se preocupa por conservarla, por ir poniéndole cosas. Todo lo que a uno le pasa, todo lo que aprende lo introduce en esa vidita que tiene. Uno no piensa en lo frágil que es. O sí, pero a veces. Tampoco uno se puede pasar la vida pensando en lo frágil que es esa vida, porque la angustia sería perpetua. Insoportable.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Hay tipos que parecen tocados por una varita mágica. Siempre caen parados. Siempre se salvan. Cuando todos andan bien, ellos andan mejor. Y cuando todos se hunden, ellos flotan.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Los hijos de puta no saben que son hijos de puta. Mejor dicho: se creen que no. Que son buena gente. O gente común, por lo menos. El hijo de puta tiene siempre cincuenta razones que lo justifican. Cincuenta motivos que lo cubren, que lo escudan, que lo limpian.
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
-La pregunta es esta, mi amigo: ¿hay tantos hijos de puta como uno cree, o la influencia de los hijos de puta sobre sus semejantes es mayor que la de la gente buena, y es por eso que uno cree que son más que los que en realidad son?
La noche de la Usina
Eduardo Sacheri
Todo es provisional y todo se compra. El hombre es un producto como cualquier otro, con fecha de caducidad. Esta es la razón por la cual he decidido jubilarme a los treinta y tres años. Dicen que es la edad ideal para resucitar.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
Me llamo Octave y llevo ropa de APC. Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
Permitidme recordaros que la publicidad es una técnica de intoxicación cerebral que fue inventada por el americano Albert Davis Lasker en 1899, y que, sobre todo, fue desarrollada con gran eficacia por un tal Joseph Goebbels en los años 1930, con el objetivo de convencer al pueblo alemán de que quemara a todos los judíos. Goebbels fue un consumado redactor-creativo: «DEUTSCHLAND ÜBER ALLES», «EIN VOLK, EIN REICH, EIN FÜHRER», «ARBEIT MACHT FREI»… Recordad siempre esto: con la publicidad no se juega.
13,99 euros
Frédéric Beigbeder
No es la inteligencia lo que indica la valía de un hombre, sino la forma en que éste la emplea.
Días de perros
Gilles Legardinier
-¿Nunca insultas a nadie? -Se puede ser violento sin insultar. A veces, decir con corrección lo que se piensa puede resultar mucho más ofensivo que unas palabras que ya no tienen ningún sentido porque todo el mundo las emplea sin ton ni son.
Días de perros
Gilles Legardinier
Nadie desconfía de las personas de edad avanzada. A pesar de que los canallas también envejecen.
Días de perros
Gilles Legardinier
Por un lado, hay gente que sufre, y, por otro, los que se aprovechan de ellos.
Días de perros
Gilles Legardinier
No te olvides nunca de que un adulto no es más que un niño que ha envejecido.
Días de perros
Gilles Legardinier
-Mi querida Heather, tengo una buena y una mala noticia para usted. La mala es que el miedo nunca la abandonará. -¿Y la buena? -Sin él, nunca se avanza.
Días de perros
Gilles Legardinier
La gente se acaricia, se toca, pero hace falta mucha confianza para que alguien te deje mirarlo directamente a los ojos tanto tiempo como tengas ganas.
Días de perros
Gilles Legardinier
Lección número uno: no intervenir nunca o tratar de racionalizar cuando una mujer está enamorada. Lección número dos: admirar el espectáculo y rezar porque una de ellas, un día, haga lo mismo por uno.
Días de perros
Gilles Legardinier
¿Quién soy yo para rechazar al universo?
Los hermosos vencidos
Leonard Cohen
Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida.
Alta fidelidad
Nick Hornby
Quizás echaba de menos que alguien tomase el autobús, el metro o un taxi, que una chica se desviase de su camino habitual nada más que para estar conmigo, puede que bien arreglada, un poco más maquillada que de costumbre, puede que un poquito nerviosa, por qué no; cuando era más joven, saber con toda certeza que yo era el responsable de todo eso, incluido el trayecto de autobús, hacía que me sintiera especialmente agradecido.
Alta fidelidad
Nick Hornby
Es mi mayor hazaña sexual, mi polvus mirabilis.
Alta fidelidad
Nick Hornby
Cuellos blancos conservadores relampaguean en la calle y me apuntan con sus dedos de plástico. Están esperando que los tipos como yo se hundan y mueran, pero mi abortada bandera va a flamear muy alto. Moriré cuando se me dé la gana, así que déjenme vivir la vida como se me antoja.
¿Qué te comics-te?
La Tabaré
si hubieras sido una paja o un derrame en el colchón este puto mundo estaría algo mejor
no culpamos a los padres como iban a saber que este curioso elemento no debió nacer
Desde el cariño
Gatillazo
perfectos mortales
mirada asustada
tropiezan y caen
los dioses engañan
lo siento muchacho
no existen los dioses
era solo un pacto
firmado por hombres
Los dioses engañan
Loquillo y los Trogloditas
Los tigres están tristes
en medio del trigal
no son vegetarianos
y quieren merendar
Lobos antisistema
una explosión social
Luchan contra el Estado
en estado animal
Nos sabe un poco violento
no os lo tomeis a mal
Sólo venimos aquí a divertirnos
Sólo venimos aquí a divertirnos
Gatillazo
Una bota en el cuello
asfixia policial
estafa financiera
miseria popular
una justicia infame
presa del capital
Maestro, una pregunta:
¿es lícito matar?
Imagínate muerto
Imagínate en paz
Sólo venimos aquí a divertirnos
Gatillazo
Querés hablarme de verdad
pero tu alma me miente
Boca de pez
Las Pelotas
Solo tenemos libertad
de soportar esta violencia
matan la vida y por demás…, la inteligencia
La última patada
Gatillazo
Disculpe señor, tiene usted razón
pero aquí, no vale su dinero
si antes sentía un poco de emoción
aquí secamos sus nervios
El secadero
El Siempreterno
Cuando se lee poco se dispara mucho
Métete conmigo
Las Manos de Filippi
Disparo con palabras, disparo con palabras
Métete conmigo
Las Manos de Filippi
El rock'n'roll ha muerto
¡Viva el rocanrol!
¿Qué te comics-te?
La Tabaré
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